Roma y Florencia, un diario de viaje. 2019
Caminar maravillada por las calles de una ciudad desconocida bajo el sol del verano, junto a la necesidad de dibujar para no olvidar, constituyen los motivos fundamentales de éstos diarios de viaje. Las calles de Trastévere, una gata anfitriona en nuestro hospedaje, instantáneas de gaviotas cerca al Coliseo Romano, largas caminatas bajo el sol inclemente del verano, las ruinas en Caracalla, la forma cuadrada de las mejores pizzas del mundo, hermosos boletos de entrada a los museos, el techo pintado de Villa Borghese, las esculturas de Pietro Canonica, desconocidos haciendo fila para entrar al Vaticano, el olor dentro de la capilla Sixtina, el grafitti de un sapo punkero romano, el Arno en mi cumpleaños, 463 escalones para llegar a la cima de la Catedral de Santa María del Fiore, mis lágrimas de felicidad luego de ver la Venus de Botticelli, tiras de fotos a blanco y negro en un fotomatón inesperado, los músicos del parque cantando Satellite of Love, la sensación de caída subiendo la torre de Pisa, el inicio del otoño y los mosaicos italianos; son algunas de las escenas plasmadas en las hojas de ésta libreta.
Lápiz, acrílico, lápices de color, collage, tinta y gouache sobre papel.